ME DUELE LA ESPALDA Y LA PIERNA, ¿ES DOLOR DE CIÁTICA?

Se refiere a la sensación de dolor, debilidad, entumecimiento u hormigueo y  ocurre cuando hay presión o daño al nervio ciático. El dolor comienza en la región lumbar  hacia la nalga y baja por la parte posterior del muslo y el borde externo de pierna, el dolor puede aumentar en los siguientes casos:
·         Después de pararse o sentarse.
·         En las noches.
·         Al estornudar, toser o reír.
·         Al doblarse hacia delante o caminar distancias medianas



¿Qué puedo hacer?
·        Aplica compresas frías después de notar que el dolor empieza. Mantén la compresa en el área afectada por 15 minutos, cuatro veces al día.
·         Evita actividades que agraven el dolor, como sentado o parado por prolongados períodos de tiempo. Al sentarnos, el 50% de nuestro peso corporal se traslada a la espina lumbar. Si debes estar parado coloca un pie en alto alternadamente para mantener la espalda relajada y quitar un poco de presión sobre tu columna lumbar.



·        Considera comprar un colchón nuevo. El dolor de ciático puede agravarse por un colchón muy blando que no ofrezca soporte suficiente. Un buen colchón debe sentirse firme y ofrecer soporte, pero NO ser duro.

Consejos y advertencias
ü  El estiramiento suave y lento puede ayudar a aliviar el dolor de la ciática.
ü  Sé paciente, la ciática puede tardar algún tiempo en ceder. Confía y sé constante en hacer tú mismo los ejercicios de estiramiento que te enseñó el fisioterapeuta.
ü  Una vez que el dolor se haya ido, mantén un régimen de ejercicios regular.
ü  Trata de mantener la postura correcta todo el tiempo.
ü  No te esfuerces si estás dolorido; descansa si estás lesionado y solo realiza las actividades que puedas tolerar.
ü  Evita los movimientos bruscos al estirarte.
ü  Sé especialmente cuidadoso al inclinarte y no gires cuando estés inclinado; esto puede agravar la ciática.



      Es importante saber que hay un cuadro llamado pseudociática que describe un dolor muy similar al de la ciática con la diferencia que el dolor casi nunca baja más allá de la rodilla y no aumenta con las caminatas largas, es causado por una contractura o espasmo del MÚSCULO piriforme que hace presión sobre el nervio, es por ello muy importante que asistas con un terapeuta físico, profesional calificado para identificar la causa exacta de tu dolor y poder seguir el tratamiento más idóneo.